Hace unos días, trabajé con una clienta que nunca había posado frente a una cámara.
“Es que no soy modelo, no sé posar”, me dijo al llegar.
¿Sabes qué pasó después?
Terminó riendo, posando con total confianza y diciendo:
“Jamás pensé que me iba a sentir tan bien conmigo misma”.
Eso es lo que hace una sesión de fotografía boudoir.
Boudoir es un estilo de fotografía íntima, elegante y muy personal. Se trata de capturar la belleza y sensualidad de cada mujer, resaltando lo mejor de ella en un ambiente relajado y cómodo. Puede hacerse en un dormitorio, en un estudio o incluso en un lugar especial que elijas.
El objetivo no es mostrar más piel, sino mostrarte a ti misma de una forma que te haga sentir poderosa y segura. Es un regalo para los ojos, pero sobre todo para el alma. Una experiencia que te recuerda quién eres y lo increíble que puedes llegar a verte y sentirte.
Hablemos claro.
Una experiencia boudoir no es solo para tener unas fotos bonitas para guardar en un cajón.
Es un regalo para ti misma o para alguien especial.
Una forma de reconectar con lo que eres, sin filtros, sin juicios.
¿Que no sabes posar? No importa. Te guío en cada paso.
¿Que no sabes qué ponerte? Tengo ideas para todos los estilos y formas.
¿Que no te sientes del todo cómoda con tu cuerpo? Eso es justo lo que vamos a cambiar.
Por cierto, esto no es para todo el mundo.
Es para mujeres que quieren verse y sentirse increíbles, que buscan una experiencia única, para guardar o compartir.
Si te suena bien, lo tienes aquí:
Y oye, si lo piensas mucho, no pasa nada. Pero recuerda:
Tu versión más bonita no tiene que esperar.
PD: Arriba está el enlace. Reservar no duele, descubrir lo increíble que eres… un poco, porque impacta. 😉
